Reflexiones

¿Cuántos socios son demasiados?

11/04/2016 Pepe Albors

socio tóxico

Más de uno diría que más de uno

En ocasiones me pregunto… ¿existirá un número adecuado de socios en una cooperativa para su buen funcionamiento?

 

La realidad actual de las cooperativas de trabajo en la Comunidad Valenciana, nos dice que la más pequeña tiene dos socios, y la más numerosa en cuanto a plantilla tiene unos 630 trabajadores/as, aunque casi el 85% son empresas que tienen menos de 10 socios/as.

 

En toda organización, a medida que crece, se dificulta la participación de las personas en la misma. Si además la organización funciona a través de un sistema democrático, una persona un voto, como es el caso de las cooperativas, puede agravarse la cuestión, pues la información aumenta, los órganos como la asamblea se pueden volver poco operativos, las posibilidades de conflicto se incrementan.

 

El dilema está servido:

crecimiento cooperativa

¿Es adecuado crecer?
¿Se puede mantener un buen grado de funcionamiento democrático al mismo tiempo que se incrementa el tamaño de la organización?
¿Es contraproducente desde el punto de vista empresarial No Crecer?
¿Cómo crecemos?


Bien, muchas son las preguntas que vienen asociadas con el crecimiento de nuestro proyecto cooperativo. En este sentido, algunas cooperativas han optado por no crecer, pero una de las lecciones que nos enseña la economía y el mundo empresarial es que si no creces, decreces.


Lo importante es cómo hacer que este crecimiento sea sostenible tanto a nivel empresarial como social.


En demasiadas ocasiones me he encontrado con cooperativas a las que no les están funcionando las cosas y que deberían buscar nuevas oportunidades, nuevos mercados, la posibilidad de internacionalizarse…, pero me dicen que no quieren crecer.


Dos son los argumentos que utilizan para justificar su decisión: argumentos de tipo empresarial y argumentos de tipo social.


Entre los primeros apuntan que “crecer es duro, significa más necesidades financieras, más capital circulante a financiar, posible pérdida de control de la cooperativa y más control por parte de las entidades financieras…”. Al final, quieren un entorno más estable, con menos preocupaciones y que puedan gestionar de manera adecuada.


Entre los argumentos sociales señalan que “crecer significa incrementar el número de socios y más gente para decidir, más complicaciones…, mejor nos quedamos como estamos.


Al final se suelen quedar en su tamaño inicial y en su zona de confort.


Podríamos decir que estas cooperativas padecen el síndrome de Peter Pan; quieren permanecer en la infancia empresarial, no llegar a ser adultos.


Creo que es un error y el mercado no perdona, y si las cooperativas no tienen el tamaño adecuado para su sector de actividad, acaban perdiendo competitividad y finalmente desapareciendo. Ésto no es teoría, lo he visto en demasiadas ocasiones.


La opción entonces es crecer pero… ¿Cómo crecemos en las cooperativas?


La filosofía cooperativa nos dice que un puesto de trabajo fijo y estable debe ser ocupado por una persona que sea socia de la cooperativa. Lo natural en las cooperativas es crecer incorporando nuevas personas socias al proyecto socio/empresarial, evidentemente después de haber superado el periodo de prueba y haber demostrado su competencia social y empresarial.


Como consejo les digo, “Yo sólo metería a alguien como socio/a si en otras condiciones yo estuviese dispuesto a trabajar para él/ella”.


Es fundamental planificar la entrada de nuevos socios/as (En FEVECTA te podemos ayudar en esa planificación y a diseñar un itinerario formativo para la entrada de nuevos socios)
Algunas cooperativas, cuando crecen, no son capaces de digerir de forma adecuada este crecimiento, aumentando en número de trabajadores/as y no en socios. Acaban transformándose en una sociedad de capital que, a priori, les resuelve los límites que tienen las cooperativas a la contratación temporal desde un punto de vista de pérdida fiscal y contratación indefinida, que la ley de cooperativas limita a un 10%.


Otras veces el crecimiento dificulta la participación, que se convierte en partipacionitis (exceso de participación sin responsabilidad), o en falta de la misma.

 

En próximos artículos desarrollaremos formas de crecimiento en las cooperativas.

Número de Dunbar


A veces me pregunto si un crecimiento ilimitado de socios en una cooperativa es posible o, en la medida que ésta crece, los principios básicos de democracia y participación se hacen inviables (o imposibles de llevar a cabo, pero no ambas cosas) y, consecuentemente, aumenta el nivel de conflicto o de autoritarismo de la dirección como única forma de mantener el orden, siendo ésto el germen de la autodestrucción como cooperativa.

 

Me viene a la cabeza el número de Dunbar, que debe su nombre al antropólogo Robin Dunbar, y que se refiere a la cantidad de personas que pueden desarrollarse plenamente en un sistema determinado.

 

Dunbar dio un valor de 150 individuos como el ideal, y este número está relacionado con el tamaño de neocortex cerebral y su capacidad de proceso.

 

En el origen, este número está relacionado con el número de contactos que un primate podía tener dentro de un grupo. Posteriormente, Dunbar observó que 150 era el tamaño estimado como punto de quiebra y de separación en un asentamiento. También 150 es el tamaño básico de una unidad militar desde la antigua Roma hasta ahora. En las redes sociales más de 150 “amigos” son difíciles de gestionar.

 

Dunbar teorizó que un grupo con un tamaño de 150 personas debía tener un incentivo muy alto para mantenerse juntos. Para que un grupo de este tamaño poseyese esa cohesión, Dunbar especuló que por lo menos un 42% del tiempo el grupo debía dedicarse a la socialización.

 

Trasladando este número a las cooperativas, podríamos decir que en las cooperativas de más de 150 miembros se incrementa la dificultad de mantener adecuadamente relaciones controladas entre las personas socias, y hace que éstas se vuelvan más inestables y problemáticas.

 

Mi experiencia de más de 30 años me dice que sí, que en las cooperativas que han crecido rápidamente y han superado los 150 miembros, los problemas han crecido y se han producido cismas que en algunas ocasiones han sido de tal calibre que el proyecto empresarial se ha resentido, llegando en ocasiones a desaparecer empresas cooperativas importantes.

 

¿Existe alguna solución para desarrollar un crecimiento ordenado y sostenible de nuestro proyecto cooperativo?


La respuesta es SÍ, y tiene que ver fundamentalmente con un dato que da DUMBAR: hay que dedicar un tiempo importante en nuestra gestión social/empresarial a la socialización (42% del tiempo señala Dumbar).

 

Pues bien, ¿cuánto tiempo dedicamos en las cooperativas a este objetivo tan importante?

¿Cuánto tiempo dedicas en tu cooperativa al proceso de socialización?

  •  0-20%
  •  20-40%
  •  40-60%
  •  más del 60%

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Pepe Albors

Pepe Albors

Hola! Soy Pepe Albors y quiero ayudarte a entender mejor la empresa cooperativa. Creo en la democracia económica, y la cooperativa es el mejor modelo de empresa para llevarla a cabo. No es fácil gestionar y trabajar en cooperativa, la igualdad, la participación democrática, la cooperación, no son fáciles de gestionar. Cuento con una experiencia de 37 años en el mundo cooperativo y os puedo ayudar a que el proceso de conducir un proyecto cooperativo sea más llevadero.

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